1 07 2023 - 15 09 2023
MUSEO NACIONAL Y CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE ALTAMIRA
Santillana del Mar, Cantabria
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CON LAS MANOS CRECEN LOS SIGNOS
[ WITH HANDS, SIGNS GROW ]
en la 59th BIENNALE DI VENEZIA, 2022
MUSEO NACIONAL Y CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE ALTAMIRA
FUNDACIÓN ODALYS
SIGNUM FOUNDATION
2023
Entre los meses de abril y noviembre de 2022 tuvo lugar la 59TH Bienal de Venecia donde se presentó Con las manos crecen los signos, un complejo proyecto expositivo mostrado en el Palazzo Donà, allí el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira tuvo un papel relevante acompañando al trabajo de la Fundación Odalys y la Signum Foundation. La exposición, al modo de diversos “site specific”, se incardinaba en la propuesta curatorial de Cecilia Alemani para esa Biennale de arte: “La leche de los sueños-Il latte dei sogni”, y se mostró, bajo el título en inglés de With hands, signs grow-WHSG. Recogido de modo ilustrado en el catálogo general de esa 59TH Biennale di Venezia recibió un amplio eco en la prensa nacional e internacional, pues no olvidemos se trataba del único Proyecto Colateral (los llamados “Collateral Event”] de España y Latinoamérica mostrado en la Biennale.
De izquierda a derecha: Daniel Muñoz, Paulina Przyborowska (Signum Foundation), Sixe Paredes, Odalys Sánchez, Ruth Gómez, Nuria Mora y Alfonso de la Torre
La Biennale, Venecia, 23/IV/2022
Clausurándose el pasado 27 de noviembre, en aquel Palazzo Donà se expusieron los site-specific projects realizados por: Ruth Gómez, Nuria Mora, Daniel Muñoz y Sixe Paredes, que ahora han sido adaptados a este espacio del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, al modo de un conjunto de microrrelatos desde el territorio personal de cada artista. Previamente, estos cuatro creadores nos acompañaron visitando Altamira para, de esta forma, concebir y plantear sus propuestas. Altamira y su cueva paleolítica era la contemporánea protagonista en la Biennale pues, junto a las acciones artísticas, el Palazzo veneciano recibía a los visitantes, casi inmersivamente, con imágenes (fotografías y proyecciones, también sonidos) vinculados a Altamira y a las narraciones que la historiografía nos ha devuelto secularmente, imágenes al modo de un gran assemblage, unidas a la escucha del sonido de la cueva. También bibliografía del siglo veinte (la primera publicación mostrada estaba fechada en 1921) sobre la recepción histórica de Altamira, la prehistoria o su enlace con la modernidad de los artistas del siglo XX, bibliografía en algunos casos intervenida o acompañada por los artistas. Desde esa traslación de lo prehistórico hacia la modernidad, se confeccionó una compleja playlist obra del musicólogo Joan Gómez Alemany, accesible a través de Spotify. A lo anterior, se unió la presencia, durante el 90TH Festival de Cine de Venecia, de un ciclo de cine sobre Altamira que, bajo el título de “Heterodoxias”, tuvo lugar en la Casa del Cinema veneciana el pasado mes de septiembre.
Es conocido, a comienzos del pasado siglo veinte, la historia del arte consideró la interrelación entre las manifestaciones pintadas en las cuevas prehistóricas y el arte, también su desplazamiento hacia “interferencias” o interrelaciones con el arte de nuestro tiempo. Con las manos crecen los signos-With hands, signs grow, refiere la tentativa del encuentro entre los pliegues del tiempo.
El abrigo de la naturaleza (la cueva) frente a la protección de la selva del mundo nuestro, en palabras de Brassaï. Verdadero y complejo despliegue de imágenes o formas artísticas, tentando el avance en múltiples direcciones. Y así, en España, Picasso o Miró, los artistas de la Escuela de Altamira, El Paso, Parpalló o los Indalianos, han mirado hacia aquellos misteriosos creadores de la prehistoria. También Tàpies y su comunicación sobre un muro “cósmico”, en tanto Chillida, Miró, Oteiza o Palazuelo, como lo había recordado Brancusi, tuvieron allí una parte de su primera inmemorial inspiración.
Este Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira muestra ahora dicho proyecto curatorial concebido con un conjunto de artistas que revela la invocación a los valores trashumanos que portaban esos signos de la prehistoria como claves de las imágenes, al modo de una maravilla de la figurabilidad: resistencia, petición de un bienestar con el entorno y la naturaleza, encuentro con la animalia (tanto la existente como la utópica) o fijación de la personalidad y el cuerpo de quien trazara aquellas huellas resistentes. De tal modo que su creación puede encontrarse con un tiempo nuevo, este surgido desde la desesperanza y la zozobra tan recientes, para hallarse el arte como una manifestación esperanzada que tiente el equilibrio entre los seres humanos y el entorno, los cuerpos y esta tierra despreciada (¿o dijiste baldía Thomas?).
Alfonso de la Torre
Comisario de la exposición
PLAYLIST
El compositor y musicólogo Joan Gómez Aleman y propuso una lista musical de músicas que podrían vincularse a lo prehistórico.
ARTISTAS
Caves (Cuevas) es el título para una serie de dibujos y pinturas inspirados en el arte rupestre y en especial en la cueva de Altamira. A modo de estudio, y tomando como referencia la síntesis y abstracción de las imágenes paleolíticas, mi intención es adentrarme en el proceso creativo más primitivo y puro. Técnicamente, utilizaré pigmentos minerales y naturales, tinta china hecha de hollín y resina, carbón, grafito, yeso, arcilla, etc., así como una gama cromática basada en los colores rojizos, ocres, tierras y negros, propios del arte prehistórico. Usaré pinceles y mis propias manos sobre papeles de algodón y también crearé imágenes digitales para crear con el conjunto un mural de grandes dimensiones. Conceptualmente, quiero plasmar lo que fue importante para nuestros antepasados: por un lado la naturaleza, la Madre Tierra, a través de paisajes que muestran el entorno, los lugares cercanos a la Cueva de Altamira, y también lo que se vería desde la caverna hacia el exterior (la visión subjetiva del hombre prehistórico); por otro lado los animales, principalmente ciervos, caballos, jabalíes, bisontes y cabras, incluyendo aquí el tema de la fertilidad; y por último, la espiritualidad y los signos abstractos. A través del conjunto de las obras, el esquema construye una narración que pretende despertar la curiosidad. El trabajo incluye la importancia del proceso y alude a la memoria y al territorio del aprendizaje como lugar de refugio personal. El pasado ancestral de las pinturas prehistóricas y las modernas expresiones artísticas se funden en un mural donde algunas imágenes están apoyadas en la realidad y otras en la ficción. Ruth Gómez.
“Taumaturgia de los signos”, escribí refiriéndome a Ruth Gómez (Ruth Gómez. Taumaturgia de los signos, Madrid, 2012) quien considera el arte como un medio casi consolador de afrontar la realidad, mediante su torrente de imágenes. Autorreferencial con frecuencia, amante de los duplos, ha pintado numerosas intervenciones murales en el contexto de sus exposiciones, recuerdo alguna hermosa obra con algo de et in Arcadia ego. En otras obras aparecen grafitis y una cierta estética urbana del aerosol, memoria de un paseo por las paredes dibujadas de nuestras ciudades: dibujos olvidados e iconos del videojuego, tal el space invader, recordándonos los difíciles límites existentes entre realidad y ficción.
Como en este “Caves_Cuevas”, muestra de un collage de dibujos primorosos sustanciados en imágenes donde prima siempre ese aspecto delineado que da a sus creaciones visuales un certero aire de drawing-movie. Mediante un lenguaje que, sin desdeñar jamás el clasicismo es, por otro lado, muy de nuestro tiempo y también heredero del vertiginoso verbo del videoclip -, mas también deudor de la técnica y estética de algunos creadores japoneses o de una cierta estela manga. En esta lista de evocaciones ha de citarse también su confesa querencia por las ilusiones fantásticas de George Méliès. Mundo autorreferencial, con declarada vocación de propio, frecuentador de los homenajes a lo subjetivo y a los universos propios mediante tan extraordinaria voracidad de las imágenes que se despliegan con vértigo.
Se compone de distintos lienzos que se va desplegando en los ejes x, y, z de la misma manera que fuimos poco a poco descubriendo la cueva y fue siendo a lo largo del tiempo acreditada por los expertos. Partiendo de una pieza bidimensional inicial quiero crear un espacio a partir de lienzos bidimensionales correderos y bisagras. La pieza plegada bidimensional será un gran lienzo modulado adaptado al espacio y provista de lienzo en las dos caras para afrontar dos temas diferentes. El formato de la pieza inicial sin desplegar será en formato cuadrado o rectangular formada por lienzos de lino sin tratar en ambas caras, enlazando cromáticamente con mis piezas anteriores y con el color de la roca soporte de las pinturas de Altamira. Usando pintura negra/ocre/rojo (los colores de Altamira) en ese lienzo “aparente” y bidimensional y con esas primeras líneas abstractas del descubrimiento inicial como temática formal. La pieza se abre a modo de políptico en varias fases y con el despliegue se irán desvelando nuevos colores y nuevas pinturas, así como ocurrió en Altamira. Del despliegue de los distintos lienzos se construirá un espacio tridimensional y Aparecerán en el interior nuevas pinturas con colores de mi paleta propia. Hablando en ese despliegue de La evolución del hombre cogiendo el color como excusa, abriendo y partiendo del color de esa paleta primaria (ocre roja y negra) a la del hombre en la actualidad. En otro plano no menos importante pretendo con esta pieza hablar de Altamira como lugar de reunión y del espacio en sí mismo construyendo una cueva en el que el vacío crea volumen y en el que hay distintas capas de lectura. Así como del hecho irremediable de cómo el hombre sigue pintando para comunicarse y explicarse a sí mismo y al mundo usando tal como yo utilizo el muro y al igual que ellos hicieron antes convirtiendo el muro el primer soporte ancestral. Nuria Mora
El trabajo artístico de Nuria Mora es, también, una conciencia, siendo capital el aspecto trascendente de sus pinturas, un trabajo silencioso mas conservando algo del impulso que las erigió, como una silenciosa velocidad vibratoria. Pienso que arden sus imágenes, en tal desazón buscadora de sentido, inquietando la visión, la extrañeza puebla el corpus de su obra como música de fondo. Como en este duplo a los que titula “XYZ-Transcending Physical Limits”, eleva formas en el espacio, dibujando dicho espacio, sí, Mora construye un mundo y desvaría gozosa entre ese mundo descubierto, tal un reino de gracia. Una tentativa de elevar formas: lo manifiesto pareciere adherido a lo inmanifestado, lo que comenzó en la fascinación, como un poder superior, un lugar de redención, concluyó en el conocimiento. Pues al cabo, viendo ciertas obras suyas, pareciere rescatadas desde el elogio a lo aparentemente mínimo, pienso en la conversión del espacio urbano. En aquello que nos recordaba Benjamin: tras el aire insignificante o la ligereza de ciertas cosas, estas se cargan de un sentido que, audaz, es capaz de iluminarlo todo.
La intervención plantea una serie de cuestiones en torno a la construcción del espacio mediante la imagen y sus funciones sociológicas, subrayando diferentes ecos o sustratos históricos que evidencian la importancia del dibujo o la pintura mural como lenguaje edificador. Desde el paleolítico, la conjunción de dibujo y arquitectura han estado vinculados a la cohesión social, a lo didáctico y a la cimentación del pensamiento común. El proyecto se basa en dos propuestas conceptuales enraizadas en la cualidad del arte como herramienta transformadora del entorno simbólico, físico y social: Por un lado, plantea una serie de ideas en torno al poder de las imágenes para construir el espacio de lo común, y por otro, aborda una serie de cuestiones en torno al actual hiper-acceso a las imágenes revisando ideas y formas enraizadas en el arte parietal. Daniel Muñoz.
¿Y estas pinturas, así, sometidas al vértigo de la mirada? Ni pasado ni futuro, intervenciones artísticas como lugares de acontecimientos que quedan expresadas en la vista al suelo. Desplazadas sus pinturas de un pasado o un futuro, pues es sabido: ni el pasado ni el futuro son el lugar de aparición de las imágenes, de tal forma que estas creaciones son solidificaciones donde reverberan y brotan los significados. Pinturas cuyas imágenes son concebidas como una dilatación del tiempo, como ensanchamientos del instante afrontando instantes de lucidez, arabescos de imágenes donde explora a la búsqueda del sentido de las imágenes en un ejercicio inagotado de introspección y pregunta sobre su constitución, lo existente con el no-ser, lo visible encontrado con la sutura de lo invisible. El abismo del conocimiento implica la denodada tarea de la construcción de imágenes mas estas son sucesivamente reemplazadas por la nueva emergencia de otras, es la tarea incansada de su creación: imágenes-construyen-imágenes, parece sentenciar este artista.
Mi propuesta muralística parte del instante en el cual los antiguos maestros del paleolítico fueron invocados por las formas de las cavidades de las cuevas. De ese momento en el que se generó un diálogo entre su ser más profundo y el espacio que los rodeaba. La serie de pinturas realizada nos habla de trabajos reflexivos, hipnóticos y profundos, evocando un lenguaje que se refiere a las diferentes dimensiones y direcciones en el espacio. Obras en las que se generan multitud de formas geométricas y lineales, uniéndose en infinidad de capas superpuestas. Hablando también del simbolismo como reflejo del ser humano, que plasma sus vivencias dejando huella y permanencia en códigos perdidos en el tiempo. Reviviendo así la experiencia plástica visionaria, que une el pasado con el momento presente. Sixe Paredes.
El contemplador de las obras de Sixe Paredes es emplazado hacia lo que carece de límites desde la escenificación de lo visible, parece proponer el artista que algunas de sus obras estén destinadas al tacto. Alimentados de los signos que propone, comparten aquel valor táctil, evocando aquello de Merleau-Ponty: entre lo visible y lo invisible, “toda visión tiene lugar en alguna parte del espacio táctil”, lo visible, claro, tallado en lo tangible. De tal modo que entendemos muchas de sus formas surgidas desde la mano, los dibujos de un pintor que es dibujante absoluto, como ahora, dibujando mediante hendidos en la materia pictórica. Allí se erigen incertezas de imágenes dinámicas, en perpetua variación. Como una heurística, sucede la invitación al descubrimiento frente al simulacro de lo real, desplazándonos hacia el surgimiento de relaciones, al pensamiento no canónico, quedando el contemplador sumergido en el desafío de una contemplación activa que promueva la emersión de una nueva visión. Un sistema de símbolos e imágenes interiorizadas, protosímbolos en sus palabras, como un círculo cósmico cerrado, este “Paleolítico futurista” o ese “Posible bisonte” de la misma serie, con los que nos propone Sixe Paredes ver como nunca.